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La gripe en España

En España, las primeras noticias sobre la nueva enfermedad aparecieron en la prensa desde el mes de abril. A diferencia de la prensa de los países beligerantes, la prensa de España, un país neutral durante la Primera Guerra Mundial, ofreció una amplia cobertura informativa sobre la gripe, lo que provocó que fuera del país se atribuye a la enfermedad el nombre de gripe española.

 

En España, a la enfermedad se le atribuyeron nombres como la Enfermedad de moda o, no sin ingenio, Soldado de Nápoles, que hacía referencia al nombre de una pieza muy contagiosa de la zarzuela La canción del olvido:

España fue uno de los países europeos más afectados, la situación económica contribuyó sin duda a la elevada mortalidad. La falta de unas buenas condiciones sanitarias y la dificultad para acceder a los alimentos primordiales para la población hicieron más fácil la propagación del virus.

 

Los primeros casos de la gripe en España se registraron en el mes de mayo de 1918, y en un primer momento se intentó minimizar la gravedad de la enfermedad desde la prensa, presentándola como un simple resfriado. Pero la realidad no se pudo ocultar mucho tiempo, y pronto se produjeron críticas contra las autoridades políticas y sanitarias por haber minimizado la situación.

A pesar de la inicial reacción errática, el gobierno de concentración encabezado por Antonio Maura tomó medidas preventivas para intentar frenar la crisis: se ordenó la desinfección de teatros, fábricas, circos, talleres, vagones de trenes y tranvías, escuelas e iglesias, se ordenó controlar a los forasteros que entraban en un municipio, se aisló a los enfermos o las personas que presentaban síntomas, se instalaron aparatos para desinfectar los edificios del Congreso y del Senado, algunos alcaldes ordenaron la cuarentena de todos los habitantes, se dio libertad a los rectores para cerrar los centros universitarios, se prorrogaron indefinidamente los exámenes y las matrículas universitarias, etc.

 

A pesar de las medidas, en otoño de 1918 el sistema sanitario se vio superado ya algunas ciudades hubo problemas incluso para conseguir ataúdes. Y es que, de hecho, como en el resto de países, la enfermedad también tuvo un gran impacto en España: se estima en 260.000 el número de víctimas mortales.

 

La enfermedad fue tan letal, sobre todo en la segunda ola el último trimestre de 1918, que provocó más víctimas que la Gran Guerra.

La tercera ola, a inicios de 1919, no fue tan mortífera como la anterior. Es posible que la población en ese momento ya hubiera desarrollado suficiente inmunidad de grupo para evitar la expansión del virus (Beltran, 2020).

La gripe a través de la documentación de la época

En un principio la prensa de la época trató la enfermedad como una gripe vulgar, pero a finales de mayo ya se empezó a hablar de la epidemia reinante como una epidemia muy contagiosa que estaba causando estragos importantes.

La epidemia reinante sigue extendiéndose.

La Agencia Fabra ha enviado a los peródicos abonados la siguiente nota:

A consecuencia de la epidemia que reina el personal de redacción y talleres ha disminuido en una dolorosa proporción, por lo que nos vemos precisados a remitir en alcances a nuestros abonados el servicio tanto nacional como extranjero.

Ha tenido que reducirse parte del servicio de tranvías, pues cerca de 200 empleados se han dado de baja por enfermos. La dolencia ataca con tal rapidez que se da el caso de que anoche se sintió un conductor de tranvías repentinamente enfermo y cayose de la plataforma, siendo inmediatamente trasladado en coche a su domicilio.

La Inspección provincial de Sandidad ha quedado sin personal por estar todos atacados de la enfermedad reinante.

El porcentaje más alto de mortalidad se concentró en los adultos más jóvenes. Era tal la magnitud de estudiantes enfermos que apareció una Real Orden en la Gaceta de Madrid sobre cómo efectuar la matrícula y los exámenes en estas circunstancias.

MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA Y BELLAS ARTES.

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REAL ORDEN

Ilmo. Sr.: Con motivo de las circunstancias actuales derivadas de la epidemia reinante, se han recibido en este Ministerio numerosas solicitudes de alumnos que no han podido matricularse o examinarse en las épocas reglamentarias.

En consecuencia de ello y siendo de evidencia notoria la causa alegada,

S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer de lo siguiente:

1.º Que se admita la matrícula y examen a todos los alumnos oficiales y no oficiales de los Establecimientos de enseñanza dependientes de este Ministerio, que por razón de enfermedad no hayan podido efectuarlos en tiempo oportuno.

2.º Los Rectores, Directores y Jefes de todos los Establecimientos docentes, en el suyo respectivo, por delegación de este Ministerio y sin necesidad de nueva consulta, adminitrán, tramitarán y resolverán las diferentes solicitudes que se les presenten, quedando a su arbitrio la forma en que en cada caso habrán de justificar los interesados las alegaciones que hayan de servir de base a sus respectivas peticiones.

De Real orden lo digo a V.I. para su conocimiento y efectos consiguientes.

Dios guarde a V.I. muchos años. Madird, 4 de Junio de 1918.

ALBA

Señor Subsecretario de este Ministerio.

La prensa nos da una idea del contexto social en el que acontecieron los hechos.

 

La impresión sacada de los diarios consultados es la de un total desconcierto, ya que nadie sabía cómo afrontar la pandemia. Eso sí, proliferaban los anuncios privados sobre remedios sanadores (y falsos antídotos):

El zotal se convirtió en el producto habitual para desinfectar espacios y calles.

Por disposición de la Inspección provincial de Sanidad se han clausurado las escuelas oficiales y particulares.

Con tal motivo, una comisión de maestros privados ha visitado al gobernador, al que le han rogado que permita el que puedan seguir dando clases.

El municipio ha adquirido una gran cantidad de zotal destinado a la desinfección de los locales, solares, cloacas, etc., etc.

El alcalde accidental ha reunido al gremio de cabreros, con el objeto de encontrar una fórmula para la tasación del precio de la leche, mostrandose dicha autoridad dispuesta a reprimir los abusos.

El tiempo sigue fresco y bastante húmedo con tendencia a lluvia. Con tal motivo, los espectáculos se ven bastante desiertos. Teruel.

La Vanguardia, 4/10/1918

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Archivo ABC, Madrid, 11/11/1918. Autor: Julio Duque. Laboratorio municipal de Madrid: personal y material del servicio de desinfección durante una revista pasada por el doctor Chicote.

Encontramos consejos sobre higiene, sobre todo, por parte de las instituciones oficiales y publicaciones en boletines provinciales. En éste se prohibía la celebración de fiestas y ferias y se aconsejaba el uso de desinfectantes:

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Boletín Oficial de la Provincia de Soria, 11/10/1918

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La Época, 18/10/1918

El verano pareció dar una tregua a los contagios pero en septiembre comenzó un gran rebrote. Beatriz Echeverri Dávila escribe que esta segunda ola se propagó rápidamente a partir de los dos grandes ejes ferroviarios Irún-Madrid y Cataluña-Almería, y el virus avanzó fácilmente aprovechando las fiestas populares que congregaban a multitud de personas.

 

Las deficiencias, tanto en material como en personal sanitario, ocasionaron un colapso del sistema y se multiplicaron los cadáveres. El número de defunciones y la huelga de obreros desbordó la empresa que ostentaba el monopolio de fabricación de ataúdes. Los militares serían los encargados de ayudar en la sepultura de los muertos. Se habla, incluso, de entierros en fosas comunes.

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El Diario Palentino, 4/12/1918

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La Época, 19/10/1918

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